Raúl Orera y Rodrigo Alonso acaban de conquistar el Campeonato de Europa de Futbolín. Desde hace cuatro años, siempre compiten juntos.
"El futbolín requiere buena forma física"
ZARAGOZA. El acceso a las nuevas tecnologías y, sobre todo, la irrupción de los modernos video juegos -Wii, Gameboy, Nintendo, Playstation....- han tenido un efecto devastador en los futbolines. Con el discurrir de los años, su presencia en bares y recreativos se ha reducido a la mínima expresión. Pero la práctica de este entretenimiento no agoniza: alrededor de 500 jugadores compiten en la actualidad, durante los fines de semana, en las tres Ligas de Futbolín existentes en Zaragoza; aunque sin el conveniente cambio generacional "quedamos los de siempre", confiesa Raúl Orera, de 41 años, quien inmediatamente después matiza su declaración: "Eso sí, los pocos jóvenes que están surgiendo lo hacen con paso firme. Tenemos la mejor cantera de España", anuncia.
No se trata de un testimonio cualquiera. Campeón mundial en tres ocasiones, Raúl acaba de conquistar ahora, junto a su compañero Rodrigo Alonso, el Campeonato de Europa Liga Sam de futbolín. Una competición celebrada recientemente en Benidorm y que repartió 18.000 euros en premios.
"Comencé a jugar en 1978. Aunque solamente llevo cuatro años compartiendo equipo con Rodrigo, lo cierto es que nos compenetramos a la perfección", explica Raúl. Y eso que apenas se entrena: "Antes invertía de dos a tres horas diarias. Sin embargo, el trabajo me impide ahora dedicarle tanto tiempo, y ya sólo practico los fines de semana".
"Mi afición llegó mucho más tarde -interviene Rodrigo-. Fue con 21 años, mientas completaba el servicio militar. El futbolín era por entonces mi vía de escape", recuerda. "Y ahora es un pasatiempo esencial en mi vida", añade.
¿Se trata de un deporte para todas las edades? "Por supuesto que sí -señala Raúl-, siempre y cuando se juegue por diversión. Otra cosa es competir. Porque el futbolín requiere habilidad, experiencia, soltura, ingenio... y también una buena forma física", advierte.
"Los partidos importantes pueden durar hasta cuatro horas. El esfuerzo mental es inmenso", describe Rodrigo, que siempre se ocupa de la zona defensiva. "Yo, en determinados encuentros, he llegado a perder hasta tres kilos de peso. La tensión es permanente", insiste Raúl.
Pese al prestigio adquirido, la pareja zaragozana no es invencible. "Al menos seis equipos siempre nos ofrecen resistencia. Y, en muchas ocasiones, nos ganan", desvela Raúl. "Es que cada partida es un mundo -observa Rodrigo-. Un pequeño detalle puede decantar el triunfo hacia uno u otro lado".
Por último, Raúl oficializa la suposición: el futbolín tiene un componente travieso. "Sí, lo admito. Alguna que otra clase me salté cuando iba al colegio...", confiesa.
Fuente : HERALDO DE ARAGÓN 20 de diciembre de 2008
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